sábado, 1 de marzo de 2008

Metano

Y un buen día, de la nada, comenzaron a aparecer las vacas en el poblado de Musa. Salían de la tierra, en medio de las plantaciones; el río las arrastraba hasta la orilla; se deslizaban hacia el pie del monte. Los vecinos estaban más que desconcertados, en especial con las que llovían en la ruta, a la entrada del pueblo, pero nada atinaban a hacer. Un forastero que por ahí pasaba en viaje de negocios, sugirió que se las criara, ordeñara, carneara, o cualquier cosa productiva que de ellas pudiera hacerse. Pero entonces, como por arte de magia o de generación espontánea, apareció una en el altar del templo que daba a la plaza principal, confirmando el caracter divino, sobrenatural, intocable de las vacas sagradas. "Eso es una mierda" dijo el forastero antes de irse. Atrás dejó a unos pocos pobladores, que las adoraban y homenajeaban poco antes de morir intoxicados por el metano.

[Borrador]

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