viernes, 4 de enero de 2008

Cansado de perseguir colectivos a la noche, me encontré con vos en el Unicenter. Vos venías huyendo de una amiga a la que no le querías contar lo nuestro. Pasamos a un baño y te secabas el pelo. Despacio, sin ningún apuro. El secador no hacía mucho ruido porque se podía escuchar claramente como yo improvisaba palabras que empezaban con "Ch". "Chongo" decía y vos te reías como si nada hubiera pasado. Nos reíamos los dos como cuando no había preocupaciones. Yo me ahogaba de tu risa y desperté cuando me estaba por quedar sin aire.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy muy sentido. Muy vívido

Faco dijo...

Anónimo: Así es. Así fue. ¿Lo conozco?