Buenos Aires, amante gataflórica, te mata en el lecho. Arranca tu cabeza cual mantis, a pesar de lo mucho que uno rece. Pero al irte llora vacíos y silencios. Te despide con un concierto de fueguitos que danzan y titilan. "Te voy a esperar", moquean -"porque vas a volver", jura, perjura, promete.
jueves, 17 de enero de 2008
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