viernes, 18 de enero de 2008

El llamado

Quienes esperan el llamado buscan en el cielo, se acuestan a oir la tierra, adivinan figuras en el fuego. A veces, el fuego y el llamado vienen de adentro. Lo importante, en definitiva, es estar en el lugar correcto, en el momento indicado, para atraparlo. Ese domingo vino de adentro de Lucía, que nos despertó 10.21, mucho después de lo debido: para agarrar el primer viaje debimos levantarnos a las siete, y el último del día partía 10.25. Agarramos las mochilas hechas y salimos corriendo de nuestra cómoda sede del siestario. Cuatro minutos después, en Misiones esquina Zufriateguy, con equipaje de sueño, calor y cansancio, tomamos el último colectivo a Pan de Azúcar y abandonamos la ciudad de Prometeo. A llevar el fuego, a buscarlo a otras playas.

Pan de Azúcar
Parada de micros en Pan de Azúcar

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